Un poco de Historia.
La
primera vez que el ZIKAV fue aislado fue en 1947, en un mono Rhesus
enfermo que se utilizaba como “mono centinela” para el estudio de
Fiebre Amarilla en la selva de Zika, cerca de la cuidad de Entebbe,
Uganda.
Los
primeros casos humanos de infección por ZIKAV se describieron en la
década de 1960, por primera vez en África y a continuación en el
Sudeste de Asia. En general los brotes clínicos descritos han sido
brotes pequeños y localizados, aunque existen estudios serológicos
posteriores que muestran infecciones pasadas sin diagnosticar en
ambas regiones. La verdadera incidencia de la fiebre Zika es
desconocida, debido a las manifestaciones clínicas que son similares
a una infección por el virus del dengue, y a la falta de pruebas de
diagnóstico de laboratorio fiables y simples.
El
primer brote fuera de África o Asia se registró entre abril y julio
de 2007, declarándose 108 casos confirmados y 72 sospechosos (sin
fallecimientos) en la Isla de Yap, en Micronesia. En esta epidemia se
calculó una tasa de ataque de 14,6 / 1.000 habitantes y una
seroprevalencia del 75% de la población general (prevalencia
sobreestimada, aunque muy alta sin duda, debido a la reacción
cruzada entre los anticuerpos dirigidos contra otros arbovirus)
A
finales del año 2013 se inició un brote de infección por ZIKAV en
una región nueva, las islas del Pacífico Sur, específicamente en
la Polinesia Francesa, con casos notificados en diversas islas
(Bora-Bora, Moorea, Raitea, Tahaa, Tahiti, Nuku-Hiva y Arutua) y en
Nueva Caledonia (perteneciente a Nueva Zelanda), habiéndose
notificado en febrero de 2014 ya más de 8.262 casos sospechosos y
estimándose cerca de 28.000 casos en total. En esas fechas, el brote
afectaba ya también a las Islas Cook (NZ) e incluso se declararon
casos en la Isla de Pascua (Chile).
El
gobierno brasileño confirmó este mes 16 casos del virus zika en el
país, enfermedad que tiene su principal foco en Africa y que
transmite el mosquito "Aedes aegypti", el mismo que esparce
el dengue y la fiebre chikunguña.
El
Ministerio de Salud explicó que los casos se registraron en los
estados de Bahía y Río Grande do Norte, ambos en la región noreste
del país, con ocho contagiados en cada uno.
Los
casos fueron confirmados por exámenes de muestras de sangre
realizados en el Instituto Evandro Chagas, un laboratorio público de
referencia en enfermedades tropicales, y en el Centro de Control y
Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Otros
1.200 posibles casos son analizados en laboratorio.
Epidemiología
El
reservorio
de la enfermedad son presumiblemente
los monos, manteniéndose
la enfermedad en un ciclo selvático mono-mosquito.
La
transmisión
se da mediante la picadura de mosquitos hembra del género Aedes spp.
La especie más implicada en la transmisión, aunque
no al única,
es Aedes aegypti. Son
mosquitos hematófagos diurnos y permanecen infectantes hasta su
muerte. Existen descripciones de transmisión vía sexual y perinatal
del virus, así como es posible la transmisión por transfusiones de
sangre no cribada para este virus.
El
riesgo
en los viajeros
a zonas de riesgo varía
según factores como la duración de la exposición a los mosquitos,
la intensidad general de transmisión y la temporada. Los
viajeros que pasan mayor tiempo en zonas de riesgo están,
lógicamente, en mayor riesgo
pero también los visitantes a corto plazo pueden estar expuestos.
El
periodo
de incubación
de la enfermedad varía entre 3
y 6 días
desde la picadura hasta la aparición de los síntomas. La
transmisibilidad
de persona a persona no existe, aunque hay descrito un único caso de
transmisión sexual.
La
susceptibilidad
al virus Zika es
general.
La inmunidad que confiere la infección parece protectora a largo
plazo.
Clínica
La
clínica
de la enfermedad se presenta con fiebre, conjuntivitis, artralgias o
artritis transitoria (sobre todo en pequeñas articulaciones) y una
erupción maculo-papular que suele empezar en la cara y se extiende
después al cuerpo entero. En general los síntomas son leves y duran
poco (2 a 7 días). Pero en el brote más reciente y con mayor nº de
casos ocurrido, en la Polinesia Francesa, se han descrito
complicaciones graves, fundamentalmente neurológicas y/o autoinmunes
(S. de Guillen Barré, meningitis, encefalitis…) y, en ocasiones,
se han descrito púrpuras trombocitopénicas, complicaciones
oftalmológicas y cardiacas, etc. La relación de estas
complicaciones y la co-infección con virus del dengue está en
investigación.
Diagnóstico
El
diagnóstico
presuntivo
puede hacerse por la clínica y la situación epidemiológica, y se
confirma por técnicas de laboratorio, con técnicas de detección de
RNA viral (PCR) en enfermos agudos y por detección de IgG/IgM en
pacientes con más de 5-6 días de evolución de la enfermedad,
aunque son posibles las reacciones cruzadas con otros
flavivirus.
Tratamiento
No hay vacuna ni tratamiento específico para la fiebre por virus Zika. Por ello el tratamiento es fundamentalmente sintomático.
El tratamiento sintomático y de soporte incluye
reposo y el uso de acetaminofén o paracetamol para el alivio de la
fiebre. También se pueden administrar antihistamínicos para controlar el
prurito asociado habitualmente a la erupción maculopapular.
No se aconseja el uso de aspirina debido al riesgo de sangrado.
Se debe aconsejar a los pacientes ingerir
abundantes cantidades de líquidos para reponer la depleción por
sudoración, vómitos y otras pérdidas insensibles.
Cabe recordar que, Zika es el nuevo virus
transmitido por el mosquito Aedes aegypti, a través de la picadura. Esta
enfermedad da cuadros más benignos que otras transmitidas por este
vector.
A continuación un vídeo del núcleo de estudios Romulo Passos
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